Grandes momentos de la humanidad: La Tukopedia.
Desde tiempos inmemoriables, quiero suponer, la gente está un poco, como si dijéramos, tocada del ala. Unas veces de forma natural, otras de manera artificial. Como de todo eso no tengo ni puta idea, en lo tocante al pasado lejano, pues no podría hablar de ello sin descubrirme como un potencial político. Ya sabéis, de esos de hablar por hablar, parlotear mucho sin decir nada y sin tener ni puta idea. Aún me da la risa floja la idea de salir por ahí en traje y corbata y contaros paridas mientras os saco los cuartos sutilmente.
Desde tiempos inmemoriables, quiero suponer, la gente está un poco, como si dijéramos, tocada del ala. Unas veces de forma natural, otras de manera artificial. Como de todo eso no tengo ni puta idea, en lo tocante al pasado lejano, pues no podría hablar de ello sin descubrirme como un potencial político. Ya sabéis, de esos de hablar por hablar, parlotear mucho sin decir nada y sin tener ni puta idea. Aún me da la risa floja la idea de salir por ahí en traje y corbata y contaros paridas mientras os saco los cuartos sutilmente.
El rollo es que pienso que no hace falta meterse caña para
soltar paridas. A mí eso me supone un ahorro considerable de dinero, ya que, al
igual que los elfos tienen mayor destreza que los humanos, los enanos tienen
mejor constitución. Teniendo esto en cuenta veo factible el hecho de poder
añadir otro poder mutante más a mi extensa lista. La cuestión es ir
descubriéndolos poco a poco, como Superman® o el Gran héroe americano ®,
ejemplos claros, ambos.
Como soy bastante vago (esto no es súper poder, es una
desgracia como otra cualquiera), en vez de continuar sin parar (ja, ja) con las batallitas de
Doorman, pienso (esto sí lo cuento como poder) que podría dejaros parapléj…
perplejos con raciones esporádicas (insisto, esporádicas) de cosas que se me
pasen por la cabeza y que, ¡oh, milagro! no tengan nada que ver con el onanismo
o la interactuación sexual con otro ser vivo.
Como mi imaginación es un tanto aleatoria, vuelvo a pensar
que me podría costar encontrar temas válidos para ir llenando la Tukopedia con
cierta frecuencia, así que creo que me podría dejar violar un poco y escuchar
vuestras plegarias. Y, si eso, alguna idea también.
El primer tema ya lo tengo pensado, sólo me faltaría el
contenido. Pero de esta manera os tengo en ascuas, a ver si os quemáis un poco,
que churruscadita, la carne sabe mejor. Eso sí, mientras escribo estas líneas,
sabed que dicho tema lo estoy apuntando en el Notepad del Smartphone, porque
luego seguro que no me acordaré. Y por luego me refiero a que he tenido que
pararme a pensar un momento porque ya se me había olvidado.
Como siempre, no me lo tengáis en cuenta y, por favor, que
no os dé pena. Soy muy feliz así, así que no lo considero una tara. No como lo
vuestro…
Por supuesto, soy plenamente consciente de que ya existen
conceptos parecidos, como la Frikipedia ®, la Wikipedia ®, la logopedia… pero
esto no pretende ser tan mediocre, sino que consiste en desvelaros a retales
cómo me funciona el tanque, para que así podáis ver mi belleza interior. La
exterior ya la conocéis, soy un tipo
bien plantado. Tanto, que las raíces las tengo por fuera, ya sabéis de qué os
hablo. Es una metáfora. ¿Sí? ¿Ya? El pelo, majos.
Y, bueno, puestos a rellenar un poco de hueco, debo
confesar, más para mi asombro que para el vuestro, seguramente, que mientras
pensaba en qué escribir ahora mismo, me acabo de dormir, literalmente, encima
del teclado. ¡Oh, mamá!
La cuenta. Lo estoy viendo: “¡Combata el insomnio, lea a
Fray-Tuko!”
En algunas culturas, esto podría ser una señal que sirviera
para predecir el futuro, pero le restaré importancia, cerraré los ojos y haré
como que no ha sucedido, engañándome sutilmente a mí mismo y aquí paz y después
el segundo plato y el postre, que sabe a gloria.
¿Que haría mucho mejor saliendo de casa y socializando por
ahí? Sí. Pero no quiero que me guste o correría el riesgo de no estar en casa a
la hora de las meriendas, lo cual sería nefasto. ¡Nocilla, qué merendilla!