Que Punset es un fuera de serie lo sabe cualquiera, hoy en día (eso... y que antes tocaba en Barón Rojo. Esto último es una suposición cachonda y sin venir a cuento, dadas las circunstancias. Ya sabéis que yo soy así). Pero es que me hace gracia un párrafo del prólogo de su último libro "Excusas para no pensar" que dice:
"Cuando haya concluido la lectura de este libro, al lector se le habrán sugerido nuevos caminos que, muy probablemente, le induzcan a cambiar de opinión y de vida. Sabrá explorar mejor las grandes incertidumbres que supuestamente le acosan. ¿Cuáles son esos caminos?"
Bien, la verdad es que se ve que el tipo disfruta haciendo pensar a sus lectores, así que no me quiero imaginar cómo tendré la cabeza cuando termine. Pero tranquilidad, que no me voy a centrar en este tipo.
No obstante, me llamó mucho la atención una teoría que defiende no poca gente acerca del origen del Universo y esas movidas. Resumiéndola, viene a decir que el Big Bang que “conocemos” no tiene por qué haber sido único. Y, menos, el primero. Es decir, que todo es un ciclo que se repite cada millones de años y que, en esta ocasión, nos tocó a nosotros aparecer.
Viene esto a colación (aquí ya empiezan mis propios pensamientos) de que, en realidad, en una escala muchísimo más pequeña, nos encontramos los individuos. Todas esas teorías universales se pueden aplicar a las personas, ciertamente. ¿Acaso no ocurre que la vida es como una onda que sube y baja, que se repite continuamente? ¿Que no todo depende de nosotros y que, aunque sólo sea por probabilidad, puede volver a darse? ¡Pues eso, joder, que pasa! A ver quién se atreve a decir que no.
Lamento si alguien esperaba leer algo del bueno de Ramón y no unas breves reflexiones fruto de que los médicos aconsejan hacer ejercicio (yo prefiero el mental al físico y el colesterol está de acuerdo conmigo, aunque la báscula no. Pero ella es una cosa que no tiene sentimientos, así que al cuerno).
Todo esto tiene que ver con el hecho de que me toca pasar una temporada más fuera de casa, aunque esta vez se trata de un destino que me hace poca gracia. Para una persona que no aguanta muy bien el calor, el desierto de Arabia tiene que ser el colmo de los despropósitos. Como lecturas positivas, saco el tener la oportunidad de conocer una cultura hermética y ancestral como la suya, el (quizá) ponerme moreno (sólo la cara, puesto que el resto del cuerpo hay que llevarlo tapado) y el adelgazar. Tal vez, una vez aclimatado, lo llegue a pasar hasta bien. Ver, veremos.
Pero, volviendo a los ciclos, siempre me pasa que antes de estos viajes largos, todo mi universo personal “se transforma como Optimus Prime, sólo que, en vez de camión a robot gigante, lo hace de zurullo macizo a diarrea. Y, como si fuera un punto de restauración de Windows, así lo reflejo en el blog. Para que no se me olvide.
Los omnipresentes Yin y Yan ejecutan su justa danza y ni se inmutan: dan por un lado y toman por el otro. Esta vez, y por eso pienso que el viaje será positivo, lo que me han quitado ha sido mucho más de lo que me han puesto entre las manos, lo cual es posible que me haya llevado a hacer cosas en el trabajo, por ejemplo, de las que luego puede que me acabe arrepintiendo. Es lo que le pasa a la gente que, como yo, no sabe callarse. Aún así, como paisano que soy, yo voy con mis ideas hasta la tumba, me lleve a quien me lleve por delante, aunque sea a mí mismo.
Eso sí, tal y como dejé en una entrada en el Facebook, os prometo que muy pronto colgaré algo más de Doorman (voy a tener tiempo libre en esta incógnita de viaje para pensar en algo chachi).
Aprovecho también para mandar un saludo muy grande al Miguel, que es como mi propio reflejo en un espejo y otro a la gente del Foro Harley, la cara amable de la moneda y un descubrimiento que espero dure mucho, mucho tiempo, porque sois una peña de puta madre.
¡¡¡ V’sss y birras congeladas para tod@s !!!