lunes, 17 de septiembre de 2012

La Tukopedia.

Grandes momentos de la humanidad: La Tukopedia.

Desde tiempos inmemoriables, quiero suponer, la gente está un poco, como si dijéramos, tocada del ala. Unas veces de forma natural, otras de manera artificial. Como de todo eso no tengo ni puta idea, en lo tocante al pasado lejano, pues no podría hablar de ello sin descubrirme como un potencial político. Ya sabéis, de esos de hablar por hablar, parlotear mucho sin decir nada y sin tener ni puta idea. Aún me da la risa floja la idea de salir por ahí en traje y corbata y contaros paridas mientras os saco los cuartos sutilmente.

El rollo es que pienso que no hace falta meterse caña para soltar paridas. A mí eso me supone un ahorro considerable de dinero, ya que, al igual que los elfos tienen mayor destreza que los humanos, los enanos tienen mejor constitución. Teniendo esto en cuenta veo factible el hecho de poder añadir otro poder mutante más a mi extensa lista. La cuestión es ir descubriéndolos poco a poco, como Superman® o el Gran héroe americano ®, ejemplos claros, ambos.

Como soy bastante vago (esto no es súper poder, es una desgracia como otra cualquiera), en vez de continuar sin parar (ja, ja) con las batallitas de Doorman, pienso (esto sí lo cuento como poder) que podría dejaros parapléj… perplejos con raciones esporádicas (insisto, esporádicas) de cosas que se me pasen por la cabeza y que, ¡oh, milagro! no tengan nada que ver con el onanismo o la interactuación sexual con otro ser vivo.

Como mi imaginación es un tanto aleatoria, vuelvo a pensar que me podría costar encontrar temas válidos para ir llenando la Tukopedia con cierta frecuencia, así que creo que me podría dejar violar un poco y escuchar vuestras plegarias. Y, si eso, alguna idea también.

El primer tema ya lo tengo pensado, sólo me faltaría el contenido. Pero de esta manera os tengo en ascuas, a ver si os quemáis un poco, que churruscadita, la carne sabe mejor. Eso sí, mientras escribo estas líneas, sabed que dicho tema lo estoy apuntando en el Notepad del Smartphone, porque luego seguro que no me acordaré. Y por luego me refiero a que he tenido que pararme a pensar un momento porque ya se me había olvidado.

Como siempre, no me lo tengáis en cuenta y, por favor, que no os dé pena. Soy muy feliz así, así que no lo considero una tara. No como lo vuestro… 

Por supuesto, soy plenamente consciente de que ya existen conceptos parecidos, como la Frikipedia ®, la Wikipedia ®, la logopedia… pero esto no pretende ser tan mediocre, sino que consiste en desvelaros a retales cómo me funciona el tanque, para que así podáis ver mi belleza interior. La exterior  ya la conocéis, soy un tipo bien plantado. Tanto, que las raíces las tengo por fuera, ya sabéis de qué os hablo. Es una metáfora. ¿Sí? ¿Ya? El pelo, majos.

Y, bueno, puestos a rellenar un poco de hueco, debo confesar, más para mi asombro que para el vuestro, seguramente, que mientras pensaba en qué escribir ahora mismo, me acabo de dormir, literalmente, encima del teclado. ¡Oh, mamá!

La cuenta. Lo estoy viendo: “¡Combata el insomnio, lea a Fray-Tuko!”

En algunas culturas, esto podría ser una señal que sirviera para predecir el futuro, pero le restaré importancia, cerraré los ojos y haré como que no ha sucedido, engañándome sutilmente a mí mismo y aquí paz y después el segundo plato y el postre, que sabe a gloria.

¿Que haría mucho mejor saliendo de casa y socializando por ahí? Sí. Pero no quiero que me guste o correría el riesgo de no estar en casa a la hora de las meriendas, lo cual sería nefasto. ¡Nocilla, qué merendilla!

En fin, no marchéis muy lejos, u os lo podríais perder. Que no marchéis lejos, he dicho.